domingo, 24 de junio de 2012

Avance de “Un robot llamado Pepe y otros relatos marcianos”


Lo prometido es deuda. Aquí os dejo un avance del proyecto del que os llevo hablando en las últimas entradas del blog: una recopilación de “relatos marcianos”. En concreto podéis encontrar las primeras líneas del relato titulado provisionalmente “La oferta”.

No quiero comprometerme a una fecha para publicarlo en la tienda KINDLE de AMAZON porque aún tengo que acabar un par de relatos y continuar revisando el manuscrito. Pero estaría muy bien poder tenerlo listo el 6 de agosto de 2012, que es el día que el rover Curiosity llegará a la superficie marciana.

¡Por favor, criticad! Ya sea el título, la portada, el inicio del relato…

La oferta
La Jefa del Gabinete del Presidente se detuvo un instante a contemplar la escena que tenía ante sí. Sabía que iba a ser un momento para conservar en la retina. Todos sus trabajadores estaban mirando hipnotizados las noticias en una pantalla de televisión colocada encima de una mesa de trabajo. Los cables estaban por medio y se notaba que habían hecho sitio apresuradamente. Hacía mucho tiempo que no sacaban el televisor del armario y lo conectaban, como si una noticia de semejante calado no pudiera ser vista a través del teléfono móvil o del ordenador. Parecía que se hubieran puesto de acuerdo tácitamente para compartir esa experiencia, compelidos por un hambre de colectividad que llevaba mucho tiempo enclaustrado.
Y fue Nora Shan, en su posición de espectadora, la única que advirtió que el Ministro de Economía Jordan Trodat había irrumpido en la sala. Nunca la entrada de un miembro del Gobierno en las dependencias presidenciales había suscitado tan poca expectación. El Ministro se acercó a la pantalla y siguió el noticiero junto a los trabajadores del Gabinete, que apenas si lo miraron de reojo. Preferían concentrar su atención en las revelaciones de la presentadora del programa.
“Ya han pasado tres semanas desde que se detectó lo que en principio parecía un asteroide dirigiéndose a gran velocidad hacia nuestro planeta. Hoy hemos podido saber que es una sonda alienígena que se ha situado en la órbita de la Luna.”
Nora Shan acudió a saludar a Jordan Trodat, que no se percató de la presencia de la Jefa del Gabinete hasta que ésta colocó casi delante de sus narices la tarjeta en la que había impresa la contraseña para acceder a la documentación de la reunión. El Ministro la agarró y movió la cabeza en señal de agradecimiento, pero fue incapaz de emitir una simple palabra. Ante la falta de interacción del Ministro, Nora Shan retornó a su mesa de trabajo. Alguien tenía que salir del sueño letárgico.
En ese momento el teléfono del Ministro Trodat sonó. Lo descolgó sin mover la vista de la pantalla ni detenerse a mirar quién llamaba. Aunque la televisión emitía la misma imagen borrosa de un objeto amorfo, su visión le apresaba.   
¿Te has enterado de la noticia? – le preguntó su interlocutor.
¡Sí! ¡Es una sonda extraterrestre! – contestó el Ministro.
Jordan Trodat tardó aún un par de segundos en reconocer la voz de Lagran Cas, el Asesor Científico del Presidente.
¿A ti también te ha convocado el Presidente a la reunión del Gabinete de crisis? – preguntó Lagran Cas.
Sí. Yo ya estoy en el Edificio Presidencial. Ahora justo voy a revisar un informe preliminar que estoy preparando. El problema es que el Presidente quiere respuestas y todo lo que tengo son interrogantes. No encuentro escenarios optimistas para evaluar el impacto económico de una noticia así.
Yo tengo más miedo de lo que vayan a decir los militares que de las implicaciones para el desarrollo de la ciencia. Te llamo porque no me gustaría que hoy se tomaran decisiones precipitadas impulsadas por los recelos del Ejército. Solo te pido que no dejes que la reunión se convierta en una espiral de confrontación militar. El Presidente confía en tus opiniones – añadió el Asesor Científico del Presidente.
No te preocupes. Cuenta con ello. Te tengo que dejar. Ahora nos vemos.

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